sábado, 19 de marzo de 2011

Cuando la luz se apaga

Cada día te deja una enseñanza nueva, una vivencia que marca tu vida y que determina el camino que debes seguir, pero resulta extraño cuando ese camino que creías seguro o bien que te hacia feliz se vuelve turbulento y hasta tedioso sin razón aparente. Es complejo buscar una explicación a tal hecho, más aun cuando el cambio es repentino y silencioso. No logras encontrar una salida a tanta oscuridad, la cual te impide ver más allá y provoca una confusión tal, que crees todo perdido. A veces que será mejor, gritar, llorar o simplemente expresar lo que te sucede, cualquiera sea la solución, ninguna parece efectiva en este momento.

Ni siquiera escribirlo es fácil, jamás costó tanto, nada de lo que diga podrá reflejar lo que en verdad ocurre, no es dejar de querer, no es odiar, la verdad no sé que será. Mis manos están atadas, mi corazón no logra decir nada, mi cabeza piensa y piensa pero no puede encontrar la respuesta ¿Qué queda? ¿Alguien tendrá la respuesta? ¿Es algo que debía pasar? ¿O es una de las tantas jugadas que le vida tiene preparadas? Claro, todo había estado con calma, todo era perfecto, pero obviamente la perfección no existe, ya que ella te impide seguir creciendo, y el crecimiento diario es una de las claves para que el humano pueda ser mejor cada día.

No lo sé, quizá sea yo, ¿Acaso se puede cambiar de un día para otro? Quizá cobre sentido cuando dicen “las personas cambian”, pero ¿en un día? bueno, un día tiene 24 horas, tantas para que sucedan muchas cosas, pero dejar de necesitar algo, de querer algo, de ser feliz con algo. Sigo confundida, mis pensamientos vuelan buscando una explicación, ¿Acaso la compañía diaria no basta? Se supone que ese amor incondicional, la compresión, la ayuda, felicidad entregada, los momentos vividos son suficientes para fortalecer y consolidar un lazo que cumple ya un par de años, ¿No se supone acaso que la amiga con A es eso? Aquello es lo que se nos inculca desde pequeños, ya sea a través de los valores familiares o bien de los dibujos animados que aparecen en la tv. Entonces ¿Qué es lo diferente? En una noche como esta, miro la luna a ver si me da algún consejo, con esa paz y luminosidad, busco recuperar aquella luz que creo perdida, no sólo la luz interior que se perdió en alguna noche de juerga o de reflexión, sino también esa luz que te lleva a creer en los demás y a apreciar cada momento que vives junto a quienes más amas. Espero que la luna me ayude a encontrar la salida o bien a que la marea suba y deje atrás todo aquello que aumenta la oscuridad.