lunes, 24 de agosto de 2009

“Libertad Sexual, Derechos Reproductivos y Democracia actual”



Durante años la sexualidad ha sido un tema tabú o difícil de abordar, no solo en Chile sino en muchos países del mundo, en los cuales la Iglesia Católica ha ejercido un gran poder moral, social y político desde su fundación. Ésta apela a Dios, las buenas costumbres, su dogma, etc. para justificar su postura frente a este asunto. Sin embargo, olvida que las personas también tienen la facultad para decidir por sí mismas, sobre todo en algo tan personal e íntimo como lo es la sexualidad. O quizá nosotros hemos permitido que esta institución tenga tales atribuciones al permanecer dominados, portándonos acorde a lo que “Dios espera de nosotros como sus hijos”. ¿No será hora de ponerse la falda y los pantalones, decidir sin intervención de terceros, atrevernos a expresar nuestra opinión, exigir nuestros derechos y vivir la sexualidad como se nos plazca?

En primer lugar, es lo que muchos quisiéramos, pero no resulta fácil, sobre todo cuando se vive en sociedad, con individuos que tienen visiones muy distintas en general, cosa que para Hannah Arendt resulta beneficioso, ya que según ella, la pluralidad es la ley de la tierra y la condición de la política, al mismo tiempo es el medio que permite la subsistencia de la sociedad, sabiendo que “el hombre no puede vivir al margen de la compañía de sus semejantes”[1]. Pero, “la diversidad social no logra ser asumida como pluralidad, sino que es vivida como una desintegración cada vez más insoportable. De ahí surge el recelo a lo diferente, la sospecha y aún el odio al otro. Perdida la certidumbre que ofrecen los referentes colectivos, la diferenciación social solo puede ser percibida como amenaza a la propia identidad. Esta pareciera poder ser afirmada únicamente por la negación del otro”[2]. Por lo que la poca tolerancia muchas veces se impone al derecho de libre expresión. Según la traducción de santo Tomás: homo est naturaliter politicus, id est, sociali (“el hombre es político por naturaleza, esto es, social”)[3] , éste debe acatar la legalidad establecida a través del Estado de Derecho; como garante de la estabilidad social, económica y política. El Estado como organismo gubernamental no solo ejerce poder utilizando la “violencia legitima”, como afirma Weber, o viéndolo desde el enfoque de Hobbes, donde se hace necesaria la presencia de un tercero más violento, que inhiba la naturaleza agresiva del hombre, también lo hace regulando la manera de vivir la sexualidad. Muchas veces he cuestionado la razón de por qué el Tribunal Constitucional tuvo que decidir si se distribuía o no la denominada “píldora del día después” en los hospitales… aunque tiene su lógica si lo vemos desde la perspectiva de la dominación de la cual ha sido víctima la mujer a lo largo de la historia, no solo se da una limitación en el ámbito sexual, lo privado (idion), igualmente esto ocurre en la posibilidad de elegir, pues es preciso recordar que la propuesta del gobierno con respecto a la famosa Postinor 2, en la cual se podría acceder a ella, era de manera voluntaria. Una medida de seguro conveniente, en especial para aquellas mujeres con pocos recursos que no tienen $8.000 (precio aproximado del anticonceptivo) para comprarla. ¡Que rabia esta situación! el “salvador” dinero presente una vez más, hasta en las resoluciones más intimas y personales puede meter sus manos corrompiendo y manejando. De a poco el capitalismo se sale con la suya, controlando todo a su paso, teniendo como consecuencia según Touraine que el sujeto es destruido por la modernidad, generando cada vez más individuos, los cuales serán tarde o temprano parte de una sociedad de masas consumista, materialista, individualista que se olvida de la existencia de otro. Por tanto según Sartre la construcción del sujeto se da desde relaciones de facto, desde la existencia terrenal del hombre. Los sujetos se construyen desde cuerpos en el mundo. Por lo que en el plano sexual no debería existir esa moralidad absurda de verla como algo indecoroso y reprochable, actitud presente más que nada en los sectores conservadores, los cuales se jactan de ser defensores del derecho a la vida y de que el único que puede quitarla es Dios. Ante esto surge inmediatamente la interrogante de, si tanto pregonan su apuesta por la vida ¿Por qué no están de acuerdo con la donación de órganos? Para continuar con la discusión, la respuesta de ellos sería que como anteriormente mencionaba, Dios es el único que puede quitarnos la vida, y por tanto si es ese el momento de dejar este mundo, es voluntad de él. En el caso de la religión evangélica o protestante, ellos apelan a que Dios les concedió ese cuerpo y por ende no pueden recibir órganos de otras personas que no les corresponden. A ver, si nos basamos en estos argumentos, podríamos concluir que a alguien con parálisis cerebral no se le puede aplicar la eutanasia, ya que Dios es el único que puede permitir nuestra muerte. Entonces, aquella persona debe sufrir toda su vida una enfermedad que prácticamente la inhabilita sin la posibilidad de recuperación ¿Qué, es preferible eso, a que pueda estar mejor? No se supone que la religión católica nos habla que en el cielo todos son felices, de que hay un paraíso que nos espera si nos portamos bien en la tierra ¿Por qué no permitir que aquel humano pueda disfrutar de esa felicidad? Está claro que solo se piensa en velar por el recato y las “buenas costumbres”, lo que en términos psicoanalíticos significaría que el superyó (la Iglesia Católica, los conservadores, etc.) reprime al ello (las personas que tienen la facultad de decidir, actuar y pensar libremente, ya sea en lo sexual o en otros aspectos), donde el yo debe hacer de mediador entre ambos (el Estado controla y mantiene felices y tranquilos al ello y el superyó a través del Estado de Derecho).

Tomando en cuenta lo anterior, definitivamente es mejor tomar la píldora del día después, que haber participado en el holocausto y la inquisición, con respecto al segundo suceso, se puede apreciar que además de ser un hecho histórico en el cual el genocidio fue el protagonista, no se respetó el derecho de libre expresión, donde cualquier opinión u acción que fuese distinta a la de la Iglesia se castigó, y miren con que tipo de sanción ¡La muerte! Si así lo ameritaba… ¡guau, que ejemplo señores! y a pesar de eso plantean que la Postinor 2 es un atentado a la vida, simplemente un chiste. Por lo que entiendo esta pastillita no es abortiva (en torno a ella no existe una postura específica en el ámbito científico, ya que algunos dicen que si lo es, mientras que otros afirman lo contrario), sino anticonceptiva, o sea, impide la concepción. La fecundación por lo menos tarda 3 días a una semana para que se concrete, por lo que al momento de ingerir dicho fármaco no se estaría matando a nadie (obviamente se tiene que tomar antes que pasen 24 hrs.) Y en el caso de que esta acción se diera (el hacer uso de la píldora) pasado el tiempo estipulado (el cual le da su seudónimo) lo que logra es fortalecer el útero, esto por contener progesterona (hormona que prepara al útero para el desarrollo de un óvulo fecundado), para así poder sostener al bebe, completamente opuesto a lo que piensa la gente. Cuando no se está embarazada las capas del útero se desprenden para permitir la menstruación, las mismas que se fortificaban en el embarazo y a lo que aporta la pastilla. Como se dijo anteriormente no existe un acuerdo frente al asunto (la píldora) por parte de los “expertos” (médicos y científicos). A raíz de esto, puede que la evidencia antes mencionada no sea válida, independiente de que profesionales que se relacionan con el mundo de la biología avalen este argumento, pues la razón en palabras de Touraine, es el arma del ser humano para llegar a la modernidad, y así liberar al sujeto. Sin embargo, ésta se convirtió en un mecanismo de poder y dominación consiguiendo su instrumentalización, por lo que para Weber, el saber se traduce en dominio por parte de los profesionales a través de la especialización. A lo que Foucault calificaría como racionalidad monológica, donde la ciencia es la verdad. El conocimiento científico está por sobre la vida cotidiana, quizás por eso tienen que decidir por nosotras, ya que no tenemos los “conocimientos” necesarios para elegir. Ante esto apelo que la mujer debe ser la indicada para decidir que hacer en estos casos, es ella la que 9 meses, en un caso normal, tiene dentro de sí a un nuevo ser, es aquella la que ve afectado su fisiología al momento de parir y posteriormente al criar al infante, la que soporta las contracciones y la que tiene mayor participación en la educación de los hijos, esto según la visión tradicional que aun existe en cierto sector, y por cierto, la que tiene la “obligación” de procrear (mirada de la iglesia) ¿No son razones suficientes para permitir que nosotras resolvamos que hacer en este asunto? es injustificable que la Contraloría se sume a la resolución tirana del Tribunal Constitucional. Ahora no permiten que el fármaco sea distribuido en los municipios, en cambio perfectamente puede ser comercializado en las farmacias, claramente una medida en desmedro de la gente que menos tiene y un incentivo para que Chile sea un país mas censurador y dictatorial. Los que aprueban este dictamen predican que están a favor de la vida, sin embargo no cuestionan que la pastillita sea comprada por personas con mayores ingresos. Lo que aquí se busca no es velar por la vida del que esta por nacer, sino proteger los derechos de los que tienen el poder adquisitivo para conseguir el “producto”, el libre mercado en su máxima expresión.

Continuando, así como existen discrepancias sobre la patilla del día después, esto ocurre de igual forma con el aborto. Éste es un acto para muchos repudiable, donde la principal reacción es señalar a la madre como una inconciente e incluso asesina, al asegurar que ella está acabando con la vida de un ser que no puede defenderse. Empero nadie se detiene a pensar que es lo que está pasando por la cabeza de aquella persona y la situación que está viviendo. Los factores que influyen para tomar una decisión así son múltiples… ¿Qué pasa si te violaron? ¿Tú familia no te apoya? ¿El “padre” del bebe se fue? ¿Las condiciones económicas no son buenas? ¿Tienes anhelos educacionales y profesionales? ¿Tú salud y la del bebe es crítica? O simplemente no quieres tenerlo. Acaso ¿Es beneficioso que nazca un hijo no deseado? Definitivamente es mejor que no sea parido, a que viva como alguien indeseable, culpable de “arruinar” una vida, del distanciamiento familiar y de pareja, de limitar el futuro de la progenitora, en fin, de una serie de situaciones que causarán efectos perjudiciales en el desarrollo físico y mental de un pequeño que no pidió ser traído al mundo. Lamentablemente la legislación no lo ve así, para ella “el aborto es un acto que debe ser sancionado, considerándolo un problema de salud pública que compete a las mujeres. Las leyes contra el aborto se encuentran en el Código Penal, Artículos 342 A y 245, bajo el título de Crímenes y Delitos contra el Orden Familiar y la Moralidad Pública, siendo una de las más restrictivas del mundo”[4]. En un principio el aborto terapéutico se encontraba fuera de discusión y no formaba parte de está penalización, al ser permitido por el Código de Salud entre 1931 a 1989. En este caso toda mujer que sufriera algún tipo de complicación corroborada por 2 médicos tenía la autorización para abortar. En 1989 la dictadura militar, elimina la excepción del aborto terapéutico. Es así como éste ha pasado a ser ilegal hasta nuestros días. Lo que llama la atención es el interés de los candidatos presidenciales para poner nuevamente el tema en el tapete, una muestra clara de cómo se comportan en época de elecciones y que todo les sirve para ganarse un par de votos. Por ejemplo Eduardo Frei, uno de los referentes de la Democracia Cristiana, con una orientación bastante definida en cuanto a temas valóricos, incluye en su campaña la posibilidad de legalizar el aborto terapéutico o por lo menos considerarlo, situación que evidentemente genera desconfianza por un lado y rechazo por el otro, es difícil no verlo como un modo de conseguir electores. Esta situación no causó mucha gracia en “Acción Familia”, catalogada según sus integrantes como “una iniciativa que busca preservar los principios y tradiciones cristianas de la Familia chilena, inspirándose en las enseñanzas del Magisterio tradicional de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana. Tal agrupación asegura que “un católico no puede votar por un candidato abortista”, pues esta posición es opuesta a La Ley Natural (la ley de Dios) y a las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia. Indudablemente el poder de esta institución (la Iglesia Católica) en vez de disminuir con la separación Iglesia- Estado promulgada en 1925, permanece igual, e incluso se ha consolidado. Pareciera que no hemos avanzado en lo absoluto, que seguimos entrampados en una época donde “el clero somete a los individuos y evita el análisis, el pensamiento libre que es enemigo de la tradición”[5]. Si efectivamente un católico no puede sufragar por un candidato que “apoye” el aborto, por considerar este acto como inhumano ¿Qué sucede en el caso del abuso de un sacerdote a una menor? ¿También resulta cuestionable el abortar? En esta situación en particular, la iglesia no hace referencia a una salida abortista, lo que si, castiga la acción del infractor, aun así no es resuelto la circunstancia de la victima. Es aquí donde radica el problema. En base a esto, el Código de derecho canónico plantea que: “El clérigo que cometa de otro modo un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo, cuando este delito haya sido cometido con violencias o amenazas, o públicamente o con un menor que no haya cumplido dieciséis años de edad, debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical cuando el caso lo requiera”[6]. O sea, un pontífice puede violentar a alguien de 17 años sin mayor problema, la edad sobrepasada no agrava la falta. El famoso sexto mandamiento del Decálogo hace referencia a que (…)"La virtud de la castidad forma parte de la virtud cardinal de la templanza, que tiende a impregnar de racionalidad las pasiones y los apetitos de la sensibilidad humana"[7]. Por ende los curitas deben controlarse, ya que nadie los obligó para decidirse a “servir a Dios”. En este tipo de casos todos callan el hecho (el abuso sexual), el cual queda impune, y luego apelando a una moralidad sesgada, sin fundamentos se dice por televisión que el aborto no se debe tolerar por constituir un acto inaceptable, pero en el momento dado no se hace ninguna autocrítica frente a lo sucedido (la agresión).

Pasando a otro punto, así como los dos temas anteriores siempre son parte de la contingencia y generan polémica, la unión homosexual también cumple con estas características. Es inevitable no encontrar desacuerdos al momento de ser abordado. La discusión que se genera al interior de la sociedad chilena con respecto al vínculo y posible, quizás utópico matrimonio homosexual refleja la postura conservadora que aun se mantiene en el siglo XXI. Sería injusto no reconocer el avance que se ha logrado en este tema, lo que no quita el camino largo que es preciso recorrer para ampliar la mirada. Esto posiblemente por el peso que tiene y que ha fortificado la iglesia católica, la cual ha sido la principal detractora. Si se piensa bien es curioso lo que pasa al referirnos a la visión que se posee de los no heterosexuales analizándolo según la génesis del mundo. La biblia dice que Dios creo al hombre y luego a la mujer, y que por tanto las nupcias son entre varones y féminas, por lo que la unión de personas del mismo sexo constituye una aberración de la naturaleza, ante lo cual no puede ser permitida y mucho menos legalizada, pero que si a esto le sumamos que Dios nos creo a su imagen y semejanza, y que ante él todos somos iguales (frase por cierto más que trillada) significa que las personas con preferencias sexuales distintas están incluidas, por lo cual deberían tener los mismos derechos que cualquier mortal. Es incomprensible detectar en que le puede molestar a un tercero el enlace de dos personas con la misma tendencia, acaso le van a quitar su iglesia al sacerdote que respete, porque ni siquiera se les pide que avalen el matrimonio homosexual, es simplemente que sea tolerado el legitimo derecho de elegir con quien te relacionarás afectivamente. Si se hace el intento de explicar este fenómeno se puede comprender según el concepto de “privatización de la pasión”, con el cual Giddens se refiere a que la privatización de la sexualidad está cada vez más ligada a la aparición de una nueva conciencia moral. Según esto, la sexualidad acabó estando cada vez más sujeta a actitudes libidinosas, la cual la condenaba como licenciosa. A lo que Foucault agrega: “la sexualidad quedó concienzudamente relegada y pasó al interior del hogar. La familia conyugal la tomó bajo su custodia y la incorporó a la grave función de de reproducción. El Silencio se convirtió en regla respecto al tema del sexo (…) Tanto en el ámbito social como en el corazón de los hogares se reconoció a la sexualidad un único lugar, que era, sin embargo, utilitario y fértil: el dormitorio de los padres. El resto debía mantenerse en la indefinición: la conducta correcta evitaba el contacto con otros cuerpos y la decencia verbal higienizaba el discurso de las personas” [8]. Si la sexualidad debe ser vista como algo licencioso en las personas heterosexuales, está claro que para los homosexuales el celibato es la única opción posible, si a esto le sumamos que el tema sexual debe quedar relegado al hogar y por tanto al dormitorio, los besos de los jóvenes en la vía pública también deberían ser prohibidos, y eso que se está hablando de personas de distintos sexos. Queda de manifiesto que el asunto no pasa solo en ser restrictivos con los homosexuales, se trata de censurar a todo aquel que no cumple con el recato que se debe tener fuera del hogar, si incluso en la propia casa se evita hablar de sexo. Lo que ya es parte de un grado de retrogradad absoluto. Esto da luces según Foucault de que la ética es el poder más brutal, esto por el disciplinamiento que logra. Es así como cada vez la sexualidad se vuelve un tema menos tocado, a lo que por falta de información se ve incrementado el número de adolescentes embarazadas, lo que se traduce en una posible solución abortista, con lo que continua el circulo vicioso.

El matrimonio entre homosexuales no busca para nada el querer modificar la perspectiva de éste, aunque en teoría si se lleva esto a cabo, sin quererlo lo hace. Aun así, hay algo mucho más profundo tras de ello, es el derecho que tienen los homosexuales de poder elegir si casarse o no, es una cuestión tan simple y básica, lo cual no tiene ningún efecto secundario, no nos atraerán los del mismo sexo si aceptamos que ellos tienen las mismas facultades que nosotros. Es más, un matrimonio de este tipo perfectamente puede hacerse cargo de un niño sin generar ningún trastorno en él, pues no se aprende el que te guste alguien del mismo género, es un hecho biológico. Buenos o malos padres hay en todas las clases sociales, en todos los lugares y tanto en hombres como mujeres, por lo que es plausible el que estas personas puedan adoptar. Los niños crecen con una concepción distinta de familia a lo tradicional, pero se desarrollan con una mirada mucho más amplia de la persona en sí y no de su tendencia sexual, valoran al ser humano, no a lo que representa aquel individuo.

No es ninguna novedad el hecho de que Chile es un país aun muy conservador en lo referido al ámbito sexual, aunque se ha avanzado. Sin embargo se hace necesario el que se aborde más, no solo en el hogar, sino en los colegios y en todos aquellos lugares donde se informe de lo que es, las enfermedades venéreas, el uso de anticonceptivos, las relaciones de poder de hombre sobre mujeres, el aborto, la píldora, lo que significa el embarazo, pero sobre todo de que se trata la homosexualidad, ya que es inaceptable verla como una enfermedad, no es posible que estas personas carezcan de derechos por su condición, ¿Y así se quiere ser una nación desarrollada? Realmente falta mucho, no se trata solo de progresar en lo económico, político y social, pasa por ampliar los horizontes y ver que más allá hay un mundo que se ha dejado de lado y que pide a gritos un poco de comprensión.

[1] Arendt, Hannah. La condición humana. Página 38, editorial Paidós, 1996

[2] Lechner, Norbert. Los patios interiores de la democracia. Página 99. Ediciones FLACSO, 1998

[3] Cita del “Index Rerum”. Usada en Arendt, Hannah. La condición humana. Página 38, editorial Paidós, 1996

[4] Artículo de Forosalud.cl.- Foro Red de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos (Chile)

[5] Bilbao Francisco, Arcos Santiago. Sociedad de la igualdad (sociabilidad chilena 1844). Pág. 33, Acta solemne de la sociedad de la igualdad. (1902)

[6] Extraído de la página web sobre el Opus Dei “Gracias a Dios, ¡nos fuimos! Opus Dei: ¿Un camino a ninguna parte?”

[7] Extraído de la página web sobre el Opus Dei “Gracias a Dios, ¡nos fuimos! Opus Dei: ¿Un camino a ninguna parte?”

[8] Foucault en Anthony Giddens: “Modernidad e identidad del yo”. Página 208. Ed. Península Barcelona, España 1997

sábado, 22 de agosto de 2009

“Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas”


El Chile anterior al año 1536, se desarrollaba en plena armonía. Los indígenas a lo largo de todo el país subsistían sin ambiciones, desarrollaban su cultura, vivían de la tierra, la cual es uno de sus mayores tesoros, cultivaban su lenguaje, en fin, iban desarrollando su identidad. Sin embargo, todo lo anterior se vio entorpecido bruscamente con la irrupción de Diego de Almagro y las posteriores empresas de los diversos conquistadores, que venían en búsqueda de oro, riquezas, títulos, fama y gloria. De ahora en adelante el indio verá amenazada su libertad.

La conquista española se desarrolló desde el valle Copiapó hasta el río Itata, donde todos los indígenas que se asentaban en el margen antes mencionado fueron sometidos por los ibéricos. Empero hubo un pueblo que se reveló ante tal hecho y se rehusó a ser conquistado, es aquí donde nace la figura del Mapuche.

Al nacer la republica chilena en el siglo XIX, daba para pensar que la dominación a los pueblos originarios tendría un vuelco, y por tanto la sociedad naciente junto con los anteriores, podrían tener una convivencia normal. Lamentablemente esto no será así, pues avanzada la institucionalización de nuestro querido Chile, irá dando pie para la futura homogenización y el olvido de nuestros ancestros. Los aborígenes se convirtieron rápidamente en mano de obra para la elite de aquella época. A medida que pasaban los años era común ver a los indios siendo explotados laboralmente, sin leyes que realmente los beneficiara y amparara. Es así como la figura del indígena se va convirtiendo para la sociedad civil en algo sin importancia, donde la imagen del blanco se va volviendo cada vez más relevante.

Fueron muchos los años que tuvieron que pasar para que la existencia y los derechos del indígena fuesen protegidos por una legislación a nivel internacional, que de una u otra forma muchas veces no es respetada como ésta lo estipula (véase artículo 38 de la presente declaración). Lo anterior hace referencia a la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas” donde se busca velar por la dignidad, los derechos, la diversidad, el respeto y la multiculturalidad de los pueblos originarios en los diversos Estados en los cuales tengan espacio. De igual modo es necesario plantear que ante los pocos años que lleva vigente esta declaración hubiese sido fundamental la participación de personas que velaran de una forma, ojala apoyada por el Estado, todos los valores y situaciones legitimas, las cuales son abordadas por esta ley, para que así al momento en que la labor del trabajador social se hiciera presente, no fuese tan fácil el que el fisco dejará de lado y perjudicara a los indígenas.

Para comenzar, si nos centramos en la vida del mapuche, que es quizás el que más notoriedad ha tenido y lucha ha dado a lo largo de estos años, ya sea porque quiere ser reconocido como pueblo, por la recuperación de sus tierras, la liberación de los presos políticos mapuches, etcétera. Es la representación clara del incumplimiento o mal enfoque de la declaración que los protege. Para ver de qué manera se da esto, es necesario revisar la historia de esta étnia.

En el siglo XIX la finalización de la guerra de Arauco fue a través de los parlamentos, por cierto la primera muestra del futuro Chile republicano, en los cuales se resolvía el conflicto en base a consensos entre los mapuches y el Estado. Hasta aquí la relación entre ambos era armónica.

En los años 1855 y 1856 una crisis económica llevó a que el acuerdo logrado en los parlamentos diera un giro importante. Ante los problemas monetarios, la elite buscaba algún tipo de solución, es así cuando se piensa en la Araucanía, terreno perfecto para producir más. Tras esto, el Estado se olvida de los pactos anteriores e invade las tierras con su ejército sin el consentimiento de los indígenas.[1] Es aquí donde se infringe uno de los artículos de la DDPI (“Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas”), pues esta plantea que los Estados establecerán mecanismos eficaces para la prevención y el compensación de: “Todo acto que tenga por objeto o consecuencia enajenarles sus tierras, territorios o recursos (a los indígenas)…”[2], aunque es preciso dejar en claro que tal declaración fue proclamada en el año 2007, por lo que quizá no se justifica el mal trato a los indios, pero si es una llamada de alerta en cuanto al tiempo que se tardó para la promulgación de una normativa de esta naturaleza, y de lo que se hubiese evitado con la existencia de esta. Pues en un país republicano y democrático como el nuestro, la existencia de leyes que regulen la sociedad para el buen funcionamiento de ésta es fundamental, siempre y cuando vayan en beneficio de las personas y no sean un mecanismo para perjudicarlas. Sobre todo si consideramos la diversidad que compone a este país, razón por la cual es perentorio que dos pueblos que residen en un mismo lugar puedan convivir de la mejor manera posible. Es por esto que el conflicto mapuche se ha mantenido hasta nuestros días, por la incapacidad de la sociedad civil y del Estado para que sea respetado la idiosincrasia y el valor que tiene para este pueblo la ocupación de sus tierras. Es aquí donde la ética profesional del trabajador social debe acentuarse y tener participación, pensando en la capacidad que tienen los mapuches para poder decidir en cuanto a lo que quieren hacer con sus tierras. Es complejo no referirse y preguntarse ¿Por qué el dinero debe estar sobre las personas? ¿Por qué una crisis debe perjudicar a quienes no la provocaron? ¿Dónde queda la “hermandad” que debe existir en un pueblo como el chileno? Es curioso ver en el mes de septiembre como a los niños en el colegio se les enseña el significado de los tres colores que componen nuestra bandera, los cuales están presentes en una canción, lo que llama la atención es cuando se refieren al rojo como la sangre del araucano ¿Qué cosas no? Solo se acuerdan de la existencia de los mapuches en septiembre, solo considerando su sangre y olvidándose de sus necesidades y lo que es peor, de lo que significan en el antes de la conformación de Chile. Entonces, ¿Por qué no devolverles sus tierras? ¿Por qué quitarles la dignidad? Dignidad que por cierto, nosotros luchamos día a día para mantenerla, ya que al igual que en el caso de los mapuches, el dinero se hace presente para arrebatárnosla, hecho reflejado por ejemplo en la corrupción, no solo de los políticos, sino la que alguna vez en la vida debe enfrentar el chileno promedio y a la que nos veremos enfrentados cuando ejerzamos la profesión, es en ese momento cuando deberemos demostrar de manera real y concreta nuestras convicciones e intenciones en cuanto a lo queremos como trabajadores sociales, y si elegimos el camino de la vocación, quizá el más difícil, la idea es ser agentes de cambio, para que en lo posible podamos evitar la injusticia que se da en estos casos.

Ante la ocupación de las tierras el pueblo araucano peleó porque estas no fuesen arrebatadas, pese a ello esto igual se concretó, pues se afirma que Nemuleo uno de los líderes, vende las tierras al Estado por una buena cantidad, creyendo de igual manera que tendrían el control sobre el lugar.[3]. Tal situación lleva a pensar que Nemuleo pecó de ingenuo. Para cualquiera de nosotros esta transacción es obvia, ante un contrato de venta por cualquier comercialización de propiedad o terreno es evidente que ante la compra, los derechos sobre ésta se pierden. Sin embargo es posible deducir o da para pensar que el Estado se pasó de listo, ya que se aprovechó de la buena fe de los mapuches o el poco conocimiento de los mismos, y con esto logró lo que tanto anhelaba, el adquirir para sí estos terrenos. En base a esto, uno de los artículos nos dice que “Los Estados establecerán y aplicarán, conjuntamente con los pueblos indígenas interesados, un proceso equitativo, independiente, imparcial, abierto y transparente, en el que se reconozcan debidamente (…)sistemas de tenencia de la tierra de los pueblos indígenas, para reconocer y adjudicar los derechos de los pueblos indígenas en relación con sus tierras, territorios y recursos(…) Los pueblos indígenas tendrán derecho a participar en este proceso[4]. Si revisamos esto detenidamente podremos notar que se habla de que el Estado e indígenas trabajan conjuntamente para resolver el asunto de las tierras, hasta ahí podríamos creer que todo va bien, de acuerdo a la ley. Empero un pequeño pero fundamental detalle empaña todo, porque la transparencia debe ser un ingrediente necesario en este arreglo, el cual no está y es aquí donde encontramos la falta por parte del comprador.

Viendo esto desde una perspectiva más humana, la falta a la ética es notoria, empezando por la diferencia de conocimiento que es aprovechada por el fisco, esto se traduce en vacío de información de una de las partes. Cuando se da una asimetría en la información lo más probable es que uno de los dos salga perjudicado. El Estado como la institución que lidera el país, se supone que debe tomar las mejores decisiones para que la sociedad en su conjunto se desenvuelva de manera óptima, a pesar de los diversos obstáculos que le ponen la economía, las naciones vecinas, la educación, etcétera. Esto implica que al tomar a la sociedad como un todo, de manera involuntaria lo mismo se hace con las partes, con los individuos, ya sea como seres individuales, grupos o comunidades, esta institución es el mayor encargado de velar por el bienestar de las personas y no por sus intereses. El que la administración imperante en ese momento se haya adjudicado el terreno como propiedad fiscal, inmediatamente genera rechazo. El punto pasa por el fondo, pero la forma, la manera en que se consiguen las cosas es aun peor. Reflexionando sobre lo anterior, el pueblo mapuche forma parte de nosotros, son nuestros ancestros, estaban antes del nacimiento de Chile como republica, es por esto que resulta reprochable lo que se hizo con ellos, considerando que las tierras para los indios es quizás una de las pocas formas materiales de subsistencia, por no decir la única. Si apelamos a la época en que se desarrolló este suceso se puede tratar de entender en base a que circunstancias se dio este hecho. Primero por el triunfo ante los realistas lo que trajo consigo la independencia, este hito pudo ser un factor fundamental en el posible cambio de mentalidad de la sociedad de la época, pues se olvidaron del sometimiento que sufrieron por parte de los españoles y a raíz de esto pareciera que se creyeron superiores, ya que de inmediato trataron de imponer una hegemonía frente a los demás, esto no solo se da con los indios, sino que también con la gente que tiene menos recursos, la más necesitada a la que consideraban inferior por falta de poder, que en ese entonces era representado por la tenencia de tierras. No es ninguna novedad que el dinero o una propiedad genere cierto status, pero el querer discriminar, dominar o esclavizar a otro por la falta de este, es una hecho que cuesta tolerar. Ya en este tiempo se hace visible los problemas que se generan en cuanto a la redistribución del ingreso, lo cual no debería generar ninguna extrañeza en cuanto a la situación actual que vive Chile, sin embargo, para el trabajador social esto es uno de los principales puntos a considerar. Resulta incomprensible que el 20 % de la población concentre el 80 % de riquezas y que el 80 % de la población concentre el 20 % del ingreso. ¿En qué momento nuestro país perdió el horizonte? ¿Cuándo dejamos de creer en las personas y comenzamos a creer en el poder del dinero? ¿No será mejor que el hombre vuelva a su condición de salvaje? Pues solo en ese estado es factible encontrar al verdadero ser humano, aquel que cree en sí mismo y en los demás, el que si bien necesita de un líder, ese líder se preocupa del bienestar del otro y no se olvida de su existencia, la situación en la que vive, no se preocupa de acumular dinero para satisfacer imagen de gente importante con bienes suntuosos. En fin, el ser humano pasa a ser lo más importante independiente que la casa en la que moran no sea la mejor, la convivencia, el apoyo y el bien común forman parte de su lenguaje universal.

La violencia siempre ha sido participe en este conflicto, desde la expropiación de las tierras por parte del fisco, lo que siguió tras este suceso, hasta el día de hoy. Uno de los eventos donde queda expresada esta forma de acción, es el que se dio en la comuna de Lumaco la cual fue atacada, pero no fue posible encontrar responsables, ante esto los soldados toman presos a 11 mapuches al azar para luego matarlos. Un día inesperado uno de los soldados entra a una de las dos celdas disponibles y comienza a hostigar a los mapuches, a lo que uno en respuesta le pega con un palo. El sumario de este acontecimiento contiene el relato de José Erasmo (soldado) el que dice lo siguiente: “Yo no sé a titulo de qué, mi capitán Concha ordenó hacer fuego, porque cuando entramos a la celda, porque los 5 primeros mapuches estaban hincados pidiendo perdón, en esa actitud le disparamos, muriendo dos en el acto y quedando 3 heridos, a lo que mi teniente Rosselot se envainó su espada y los ultimó”[5]. Lo anterior puede reflejar mucho, comenzando con la violencia natural del ser humano, ya sea por la condición salvaje del mismo o si lo miramos psicológicamente, por el descontrol del ello, y por ende la incapacidad del superyó para normarlo y la disminución del yo. En cualquiera de las dos razones, lo que se requiere es control, dando así funcionalidad a la existencia de las reglas, normas y leyes, sin quitar mérito a la creación del Estado. Dejando en claro que tal reglamentación de las conductas humanas no implica el tener que vigilarlo todo, apelo solo a la convivencia armoniosa entre sujetos, es en este punto donde el respeto a la diversidad juega un rol esencial, pues es la poca tolerancia a la diferencia lo que conduce al rechazo de unos sobre otros, tendiendo a la supuesta superioridad que existe entre unos pocos sobre la mayoría de la población. Ahora bien, el poder en mucho de los casos genera violencia, es inevitable no recordar la película “El experimento”, que está basada en un hecho real del cual fue protagonista la Universidad de Stanford en 1971, donde un estudio psicológico pretendía demostrar que ante el acceso a un cargo de superioridad, esto llevaba a que los individuos tuvieran conductas negativas frente a otros. Es así como los nombrados policías usaban las facultades que les daba su posición para malograr a los reclusos, los cuales eran la otra parte de esta experiencia. Al final la situación se volvió tan incontrolable, que solo duró seis días, ya que los policías se volvieron sádicos y los prisioneros se deprimieron. Llevando esto a la realidad, puede que no sea tan drástico, aunque el abuso de poder se da en diversos ámbitos. Un ejemplo claro son las innumerables marchas que se dan en Santiago, unas más concurridas que otras, es cierto que muchas veces se requiere la intervención policial por los desmanes que provocan grupos determinados, aun así en otras circunstancias donde la actividad se realiza de manera tranquila no es necesaria tal intervención y de igual forma los golpes por parte del cuerpo de carabineros se hacen presente, siendo muchas veces excesiva la golpiza. Nada justifica esta situación sabiendo la condición violenta del hombre, por eso causa inquietud el suceso de los mapuches.

En sí nos basamos en la igualdad del hombre, en cuanto a condiciones jurídicas, sociales, de derechos, políticas, etcétera, pero no somos capaces de luchar por esa igualdad. Las diferencias aparecen con mayor facilidad y naturalidad. La sociedad se preocupa por las discordancias y no nos centramos en lo que nos une, por eso surge la discriminación a los extranjeros, las personas con discapacidad o quienes tienen menos recursos, por ese afán de superioridad y perfección. Sabiendo que la perfección jamás será lograda, porque el hombre tiene y tendrá imperfecciones. ¿Por qué no valorar la diversidad que hay en nuestro país? ¿Cuál es la diferencia entre la variedad de paisajes en Chile y la de personas? ¿Por qué uno es valorado y el otro no? La discriminación es uno de los grandes temas actuales, no porque sea nuevo, más bien porque siempre ha existido. La tarea está en fomentar el respeto, el educar a la gente para que comprenda que el relacionarse con personas que son muy distintas no implica estar expuesto a riesgos, es solo que nos desarrollamos en contextos sociales opuestos, ya sea por el lugar donde vivimos, nuestra familia, la educación que recibimos, la labor que desempeñamos, etcétera. Precisamente esto es lo que hace grande a un país, su diferencia cultural, las diversas formas de ver la vida, los sueños, anhelos, esperanzas e ilusiones, que son muy distintas unas de otras, pero que al contemplarlas podemos notar la multiculturalidad y la grandeza de cada persona que conforma lo que hoy conocemos como Chile.

Basándonos en los derechos que debe tener cada persona, es interesante referirnos a un par de leyes o modificaciones que de una u otra forma cambiaron la existencia del pueblo mapuche.

La primera, es la que fue impulsada por Eduardo Frei Montalva y que continuo Salvador Allende. La que hace referencia a la creación de nuevas condiciones políticas en la reivindicación mapuche, es de este modo que se promulga la “Ley indígena” en el año 1972, la cual recoge las demandas de recuperación de tierras deteniendo la posterior división y cesión de tierras indígenas. Durante este período las comunidades mapuches recuperaron un total de 68.381 hectáreas, habiendo más de cuarenta organizaciones representando al pueblo mapuche.[6] A raíz de esto surge la interrogante ¿Por qué en este periodo se logró la promulgación de esta normativa y ahora es difícil llevar a cabo una que apunte a lo mismo? Puede que falte voluntad. Si se analiza desde el punto de vista de los presidentes que impulsaron esta ordenanza, esta claro que no pasa por una ideología determinada, pues en ese periodo son muy opuestos uno del otro, lo que se puede deducir, sobre todo en la administración de Allende, que ante las políticas de expropiación que llevó a la práctica, podía ser menos dificultoso el que esta ley fuera desarrollada. Por otra parte Frei Montalva fue gestor de todo esto, por lo que en este caso es probable que se haya dejado de lado el interés por concentrar terreno para fines comerciales y se privilegió el derecho que tienen los indios a desarrollarse en sus tierras, hecho que estaría avalado por uno de los artículos de la DDPI, el cual plantea que “los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar sus sistemas o instituciones políticas, económicas y sociales, a que se les asegure el disfrute de sus propios medios de subsistencia y desarrollo y a dedicarse libremente a todas sus actividades económicas tradicionales y de otro tipo”[7]. En base a esto queda de manifiesto que la mejor forma que tiene cada persona, pueblo o país es el decidir por si mismo lo que quiere hacer, resulta extraño el creer que otra persona vaya a decidir por nosotros mismos, pues nadie sabe de nuestras necesidades, forma de actuar, pensar o sentir, cada quien funciona de una manera completamente diferente, independiente que tengamos ciertas similitudes, esto jamás se traducirán en que dos personas funcionen de la misma manera. Es por esto que la capacidad y libertad de decisión se hace tan necesaria. No podemos esperar que otros elijan lo que nos conviene, es ahí donde la intervención que hace el trabajador social en algunos casos consigue que se vulnere uno de los puntos del código de ética profesional, esto porque se esta dejando de lado la opinión de los beneficiarios con respecto a lo que esperan para su vida y solo es tomado en cuenta el punto de vista del profesional, como si la mirada de éste tuviese concordancia con los problemas que en verdad deben enfrentar los usuarios. Es por tal razón que en este mundo tan globalizado la praxis de hacerse presente y los trabajadores sociales hacernos cargo de que vuelva a tener protagonismo. Si ligamos esto al caso indígena, no cabe duda que con ellos se ha intervenido constantemente, a ratos pareciera que se les toma en cuenta y que existe un acuerdo entre ambas partes para la solución de su situación, empero pasa un segundo y ese espejismo desaparece, es así como la esperanza de los mapuches por volver a ser dueños de su vida, se ve cada vez más lejana.

En el año 1973 la Dictadura Militar devuelve, salvo pocas excepciones, todas las tierras a sus anteriores dueños, desalojando a los indígenas y desarticulando sus organizaciones. En 1979 se decretó una reforma de la Ley Indígena, implementando la división de las tierras comunitarias y la entrega de títulos individuales de propiedad privada. Los Obispos del sur (Concepción, Los Ángeles, Temuco, Araucanía, Valdivia y Osorno) reaccionan mediante una Carta Pastoral (mayo de 1979). Al referirse al Decreto Ley 2568, modificatorio de la Ley 17.729 de Indígenas, advierten que "no se tuvo en cuenta el derecho del pueblo mapuche a participar en la elaboración de un cuerpo legal trascendental para su futuro. La solución planteada es parcial; se limita a la tenencia de la tierra”[8]. Lo que plantea la Iglesia en esta carta es completamente cierto, no solo por lo injusto que es, sino que también viola uno de los artículos de la Declaración de los Pueblos Indígenas, el cual afirma que “los pueblos indígenas no serán desplazados por la fuerza de sus tierras o territorios. No se procederá a ningún traslado sin el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una indemnización justa y equitativa y, siempre que sea posible, la opción del regreso”[9]. Aquí queda evidenciado que nada de lo que estipula este articulo se cumple. En primera instancia, se les quita las tierras a los mapuches, las mismas que el Estado les había conferido. Es de esta forma que pasan a manos de privados, privados que probablemente harán uso de ellas para fines personales, prefiriendo beneficiarse con el medio de subsistencia que les corresponde a otros. ¿Dónde quedan los derechos de los indígenas? ¿Cuál es el fin de promulgar leyes, si al cambiar la administración que gobierna pasarán a ser nada? Y así se espera que los mapuches prefieran ser chilenos, si son estos mismos los que les quitan quizá lo más valioso que poseen, su tierra. En un principio los españoles jugaban con las necesidades y la vida de los indios, ahora varios años después son los chilenos quienes generan sufrimiento e incertidumbre en la existencia de los mapuches ¿Acaso el lamento del indio jamás cesara? Se hace necesaria una ley efectiva que en realidad vele por los derechos de los aborígenes, no sirve de nada tener artículos que plantean una serie de maravillas, las cuales nunca serán respetadas. Es posible que en primer lugar esto se deba a la poca valoración que tiene para la sociedad la presencia de los indígenas, desde antes de la conquista se les veía como meros objetos, personas de segunda categoría, que solo tenían utilidad para trabajar y en el caso de las mujeres para satisfacer los deseos sexuales de los ibéricos. En la actualidad simplemente se les considera como revoltosos o terroristas, son muy pocas las personas que comprenden y lo que es más importante, tienen conocimiento de la causa mapuche. La vía de la educación es la que debemos seguir a la hora de generar más cercanía entre la sociedad civil y el pueblo indígena, pues conociendo las realidades de los demás podremos entender su situación y el por qué de su actuar, a lo mejor esto es lo que falta, el ser conocedores de la existencia del otro, y no solo preocuparnos por mirar nuestro ombligo. La casa del frente puede que tenga una mejor fachada, pero si no nos interesamos por ella, jamás podremos saber si esa su verdadera realidad.

En pleno siglo XXI la situación de los mapuches no ha variado mucho, continúa la lucha por la recuperación de sus tierras y la postura de los diversos gobiernos chilenos tampoco ha sido muy distinta. Es por esto que el conflicto no da luces para una pronta resolución.

Las manifestaciones de los araucanos se han tornado un tanto violentas. Los atentados incendiarios son más habituales cada día y las recriminaciones de los “propietarios” también. Ante tales sucesos el Estado ha determinado el aumento de la presencia policial y endurecido las penas a los manifestantes, es así como se ha llegado a judicializar y criminalizar el conflicto, esto debido a la utilización de la ley antiterrorista, la cual fuera uno de los legados de la dictadura. El castigo de ésta alcanza los 10 años de presidio, tiempo que los presos mapuches deben cumplir, en cambio la pena por ataques incendiarios tiene como máximo 2 años de cárcel, lo que claramente refleja que no se está castigando por el hecho en sí, sino por la persona que lleva a cabo la acción. Viendo detenidamente esta situación podemos señalar que esta forma de operar es posterior a la promulgación de la declaración que ha sido mencionada en variadas ocasiones, por lo que esta vez efectivamente se han estado violando no uno sino dos artículos, pues anteriormente solo se podía relacionar de manera ficticia, ya que los sucesos se desarrollaron antes de la proclamación de la DDPI. El primero está directamente ligado con el como se está actuando en la penalización del conflicto, el cual afirma que “los Estados (…) van a asegurar que los pueblos indígenas puedan entender y hacerse entender en las actuaciones políticas, jurídicas y administrativas, proporcionando para ello, cuando sea necesario, servicios de interpretación u otros medios adecuados”[10]. Por lo que se ve, esto no se ha cumplido en lo absoluto, más bien se ha hecho lo contrario, razón por la cual también se vulnera el artículo 38, el que se refiere a que todas las instancias de Naciones Unidas, “incluso a nivel local”, “promoverán el respeto y la plena aplicación de las disposiciones de la presente Declaración”. ¿Dónde queda el respeto a las normas y los derechos? Después como se le puede cuestionar a los ciudadanos que no se respetan las normas si el propio Estado no es capaz de llevarlas a efecto, es en este punto donde se pierde la consecuencia entre lo que se dice y lo que se hace. Esa es precisamente una de las características que tiene que tener el trabajador social, ser un agente de cambio que tenga coherencia entre lo que afirma y el como actúa, porque no tiene ninguna validez el que seamos promotores de cambios ya sea a pequeña o gran escala, si al momento de reflexionar con respecto al como nos comportamos es posible notar una inconsecuencia importante. En si la carrera de trabajo social es una disciplina que tiene cualidades de cambio y participación social, por lo que el ser de una sola línea en la vida, te hace una persona más valiosa y comprometida para así ser un real aporte sobre todo para quienes más lo necesitan, porque si se da este manejo jurídico con los mapuches, lo mismo puede pasar con quienes no tienen recursos para contratar un abogado o alguien que los represente, aprovechándose tanto de la falta de recursos como de los pocos conocimientos adquiridos por estas personas.

Ante las diversas infracciones en los diversos artículos de la presente declaración y el mal manejo por parte del Estado sobre el conflicto mapuche, el relator especial de los Derechos de los Pueblos Indígenas Rodolfo Stavenhagen se refiere a la reivindicación mapuche como una lucha con justa razón, la cual se ha judicializado (se da una acción jurídica, social, política y del Estado), lo que facilita la utilización de tierra por parte de sectores empresariales para el uso de forestales, hidroeléctricas, minas, etcétera, pero para tales efectos es necesario considerar el Convenio 169 de la OIT, el que apela a la “consulta previa, libre e informada a los pueblos indígenas, a las comunidades que pudieran verse afectadas, antes de poner esquemas de tipo económico” [11] Por lo que podemos notar, no se ha avanzado en cuanto a este conflicto. Los problemas son los mismos, las soluciones también, a veces se trata de mejorar la propuesta del gobierno para un posible fin y solución del problema, sin embargo hace falta gente que realmente esté enterada del asunto, que pueda profundizar en el hecho, que de verdad se tome en cuenta la posición y lo que esperan los mapuches, porque los perjudicados son ellos. Hasta el momento el Estado ha sido una institución impositiva que no ha considerado la opinión de los indígenas, que solo interviene desde su perspectiva y no se detiene a pensar en las consecuencias que puede traer esto. El que ambas partes se reúnan a resolver una situación determinada es la mejor forma para avanzar en temas que pudiesen ser complejos, el respeto a la opinión, los valores, la cultura, en fin, todo lo que nos hace distintos es el camino para avanzar juntos, viendo al horizonte y sentirnos orgullosos por lo que hemos logrado gracias a la ayuda y la cooperación del que nos acompaña en nuestro andar.

Así como se han legislado diversas normativas a lo largo de la historia para resolver de una u otra manera el conflicto mapuche, de igual forma en el último periodo de gobierno (2008-2010) se pretende impulsar un proyecto para el desarrollo de los indígenas. Este programa plantea el trabajo conjunto de los diversos actores que forman parte de este problema, la idea es fomentar el dialogo y el trabajo en equipo para poder llegar a la solución. Además pretende difundir los derechos de los indígenas para que participen en la gestión de los asuntos de su interés, a nivel nacional y regional, teniendo especial énfasis en el Convenio 169 de la OIT[12]. Hasta entonces, esto es precisamente lo que se necesita para llegar a algún tipo de solución, teniendo en cuenta que los primeros en ser convocados deben ser los indígenas, no puede ser que una vez más otras personas tomen decisiones por ellos. La única forma de construir es través de la participación de las partes involucradas, pues así se encuentra la realidad de la situación y el que quiere ayudar a que esa realidad mejore, cambie o tenga una perspectiva distinta. Con la falta de uno se pierde la posibilidad de poder lograr una solución real, eficiente y beneficiosa para el perjudicado. Por otra parte el querer difundir los derechos de los indígenas, es una excelente forma de darlos a conocer y mostrar a la sociedad que la legislación también los ampara, independiente que estén nacionalizados o no, es una forma de demostrarles o de hacerles entender que de igual forma merecen respeto, ya que son personas y merecen las mismas consideraciones que cualquiera de nosotros. Muchas veces queda la sensación de que seguimos en el siglo XXI ya que hasta hoy pareciera que “1os mapuches se han visto acorralados ideológicamente por la sociedad chilena; toda ella 1os ve como una sociedad de bárbaros”[13]

En lo referido al último punto de este marco puede generar cierta discordancia en que se plantea que “se habrán identificado estrategias de desarrollo integral con consideración de los elementos culturales de los pueblos indígenas y elaborado propuestas y acuerdos sobre normas y modalidades para la implementación de proyectos públicos y privados en tierras y territorios indígenas, que garanticen el goce y ejercicio de sus derechos”.[14] Lo primero es que se tomarán en cuenta aspectos culturales para el desarrollo integral de los mapuches, situación que genera cierta incertidumbre, porque si bien en los puntos anteriores si se consideraba a los indígenas, esta vez se les deja de lado. Es claro que en muchos proyectos van a poder participar en la planificación e implementación de ellos de principio a fin, pero en este caso se hace relevante que ellos sean parte de esto, ya que es una propuesta que tiene como fin el integrar a los indios y de esta forma mejorar su calidad de vida, por lo que su presencia es fundamental, ya que como se ha insistido, solo ellos conocen sus necesidades y por tanto su realidad. Ahora bien, se elaboraran propuestas para la implementación de proyectos públicos y privados en tierras indígenas lo cual los beneficiara en cuanto a goce y derechos. Lo anterior resulta sospechoso, es difícil ver que hayan proyectos públicos y privados que puedan beneficiarlos, pensando en que ellos simplemente quieren sus tierras solo para subsistir de acuerdo a lo que piensan que es lo que mejor les conviene, resulta complejo creer que los araucanos quieran que se construyan hidroeléctricas o planes parecidos, sabiendo que ellos no concuerdan con que usen sus tierras para estos fines. Es en esta situación donde se debe dejar de lado por un momento la visión narcisista de que nosotros tenemos la razón, de que nuestros planes beneficiaran a la gente, que ante lo que propongamos las personas se sentirán felices y se solucionaran sus problemas. Es hora de entender que solo ellos saben lo que necesitan y por tanto es perentorio enfocarnos en lo que en verdad necesitan las personas, no en lo que nosotros creemos que requieren, por eso hay tanta disconformidad, porque no se considera a la gente. Ellos tienen la facultad para decidir lo que mejor les ayuda en la superación de sus dificultades, es por esto que nuestra labor se basa en el hecho de construir junto a las personas sus sueños, entregarles las armas, darle señales y dejarlos que forjen su destino.



[1] Antecedente del documental “Territorio de fronteras” de Guido Brevis.


[1] Antecedente del documental “Territorio de fronteras” de Guido Brevis.

[2] Presente en la opción b del Artículo 8 de la “Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, proclamada en el año 2007

[3] Antecedente del documental “Territorio de fronteras” de Guido Brevis.

[4] Artículo 27 de la “Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, proclamada en el año 2007

[5] Antecedente del documental “Territorio de fronteras” de Guido Brevis.

[6] Antecedente Centro de ética. Investigación y difusión sobre temas éticos en Chile, de la página de la Universidad Alberto Hurtado. (2002)

[7] Presente en la opción 1 del artículo 20 de la “Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, proclamada en el año 2007

[8] Antecedente Centro de ética. Investigación y difusión sobre temas éticos en Chile, de la página de la Universidad Alberto Hurtado. (2002)

[9] Artículo 10 de la “Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, proclamada en el año 2007

[10] Presente en la opción 2 del artículo 13 de la “Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, proclamada en el año 2007

[11] Antecedente del documental “Territorio de fronteras” de Guido Brevis.

[12] Marco de Acuerdo para el apoyo a las políticas indígenas Gobierno de Chile -Sistema de las Naciones Unidas en Chile 2008-2010

[13] José Bengoa, historia del pueblo mapuche. Ediciones sur, colección estudios históricos, santiago, Chile. Agosto 1985

[14] Marco de Acuerdo para el apoyo a las políticas indígenas Gobierno de Chile -Sistema de las Naciones Unidas en Chile 2008-2010